1907

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DOS SIGLOS DE TAMBORRADA - 1907 |
Mi amigo don Doroteo,
es decidido entusiasta,
de la animada y alegre
fiesta de la Tamborrada,
y en ella toma parte,
con sus años y sus canas.
No se si toca el tambor,
o si figura en la banda,
y le han dado el clarinete,
el saxofón o la flauta.
Lo que sí puedo decir,
porque es cosa pura y sanа,
que mi amigo ha de "soplar"
¡y "soplar" de buena gana!
("San Tito", en El Pueblo Vasco)
"Lo que ocurre en San Sebastián es escandaloso, pues a cada paso presenciamos en las calles
bailoteos reñidos con la fama de culta que tiene
nuestra ciudad. La chulapería ha tomado carta
de permanencia en esta población y le ha dado
un tono especial que no encaja con la condición
de Guipúzcoa". (La Constancia).
Y causó su efecto el comentario, por lo menos
es lo que dirían don Joaquín Reyusta y don Víctor Gárate, multados por tocar la flauta en la
plaza de Alfonso XIII.
Pero no todos veían motivo de censura en el
comportamiento de los donostiarras, aun cuando
fueran criticados por otros. El resto de la prensa
diría que "la víspera del patrón de este año, no
fue nada que pueda compararse con ninguna
otra. Nuestra bella ciudad, y muy especialmente
las calles que componen su Parte Vieja, cambió
su profundo silencio y patriarcal sosiego por la
mayor animación y más honda alegría. Grupos
de netos donostiarras recorrieron las estrechas
pero rectas calles y en sus semblantes se reflejaba extraordinaria satisfacción".
Y satisfechos estaban también, los jóvenes
donostiarras que desde Madrid enviaron a La
Voz de Guipúzcoa el telegrama siguiente: "Reunidos fraternal banquete estudiantes donostiarras brindan por querida Donostiya: Gorostidi,
Vega, Peña, Azqueta, Mendizábal, Kutz, Elósegui, Barandiarán, Asuero, Arcaute, Echeverría,
Otamendi, Aizpurua y Elgarreta".
Al sonar las doce, la "Unión Artesana' obsequió con un festejo no programado: organizó una
Tamborrada que de manera improvisada recorrió las calles cercanas.
Y también actuó de una manera un tanto
obsequiosa la Comisión de Fomento que, cambiando de opinión, "reconoció el carácter puramente joshemaritarra de la Tamborrada y autorizó a la Banda Municipal para que tomara parte
en el festejo, con la particularidad de que coincidiría su actuación con el estreno de los nuevos
capotes con que habían sido provistos los músicos para protegerse del mal tiempo y con el
debut de don Bernardo Gabiola como nuevo
director de la banda, después de haber sido presentado a sus componentes, el día 17, por el
joven concejal don Eduardo Vega de Seoane".
La Tamborrada, a la que algún periódico
denominó la "Klinklanklinica" y de la que
muchos dicen debe suspenderse, salió a las 5,30
de la mañana desde el depósito de bombas existente en la Plazuela de la Brecha. Estuvo organizada por "Euskal Billera" y "Sporti Clai" y formada por dos heraldos, diez goltquis, Tambor
Mayor, 50 tambores, 23 barriles y la banda de música.
Dos horas más tarde haría su recorrido la
Tamborrada del Antiguo, organizada por la
Comisión de Festejos del barrio, de la que no era
ajena la Sociedad "Donosti Zarra", y dirigida
por Pablo Ceberio, que venía desempeñando su
cargo desde 1896 (salvo suspensiones). A las
doce se bailaría un aurresku, interpretando
diversas composiciones la banda de música "Bella Iruchulo".
Por indisposición del párroco de Santa
María, ofició el coadjutor don Francisco Yurrita,
cantándose la Misa en Sol, del inmortal Gorriti.
Una comisión municipal, integrada por varios concejales, acudió a la misa de la iglesia de San
Sebastián, en el Antiguo, rememorando viejas
costumbres.
La hora del concierto en el Boulevard era,
también, la hora de exhibir las mejores galas,
como ya se comentó hace algunos años. Dejando
de lado las utilizadas por las damas, se pudo
apreciar que la moda masculina era la que
ofrecía mayores variantes: se había modificado
el talle y los cuellos; las solapas se habían agrandado y el color en boga era el verde con fondo
blanco o blanco y gris, a cuadros o a rayas, con
motitas y nunca un verde fuerte.
Era el saco masculino lo que más había cambiado: ya no eran holgados, sino entallados con
una costura en el centro de la espalda que terminaba en una abertura; por debajo del talle el
saco se ensanchaba y se ahuevaba, pero sólo la
gente joven era capaz de llevarlo así, pues los
hombres serios no transigían con esta moda, que
en ellos resultaba ridícula.
Los "jaquets" nuevos se distinguían de los
viejos en que sólo se abrochaban con dos botones
y en que los faldones eran redondos; en los gabanes había dos formas: la ancha y con vuelo por
debajo y la recta, un poco entallada. En todo
caso, la moda ordenaba llevar manga corta.
Por la noche la banda "Bella Iruchulo" amenizó en la Plaza de Lasala, terminando con la
popular Matchicha que hubo de ser repetida
varias veces. A las doce, al igual que 24 horas
antes, la "Unión Artesana" improvisó una Tamborrada que recorrió las calles próximas, arriando la bandera que ondeaba en el balcón de la
engalanada fachada.
Y habiendo comenzado el año con "San
Tito", terminemos con una nueva poesía suya
titulada Dormir está prohibido:
¡San Sebastián! Día clásico
de alegría y algazara;
día grande, si los hay,
para todo donostiarra.
Desde la noche de ayer,
a la noche de mañana,
dormir está prohibido,
¡no se duermen ni las ratas!
Y a las doce de la noche,
la simpática "Artesana",
recorrió diversas calles,
dando alegre serenata.
Y en los actuales momentos,
-cinco de la madrugada- de cierto que no hay vecino
que permanezca en la camа.
Pues a salir se dispone
la clásica Tamborrada.
¿Describirla? ¡Vade retro!
Mi pluma, a tanto, no alcanza.
Yo limitarme a verla,
y si mi amigo se ensancha,
quizá dé cuatro cabriolas,
cual consumado gimnasta.
La vida, tras de ser buena,
es cruel, y ¡qué caramba!,
hay que echar penas a un lado, si aún hemos de soportarla.
(Si usted, lector, desea pasar un rato agradable, acuda al Cinematógrafo Cosmopolita, en la
calle Fuenterrabía n.º 28. Se ofrecen grandes
estrenos, con películas variadas y de gran atracción).
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